Nota de la Directora Ejecutiva

May 15, 2024


A medida que se intensifica la temporada electoral, los votantes católicos tenemos la bendición de contar con enseñanzas sólidas basadas en las Escrituras para guiar nuestro voto y participación en las decisiones políticas.

A partir de esta enseñanza, entendemos que los esfuerzos por denigrar a grupos de personas, ya sean inmigrantes, personas sin hogar u opositores políticos, socavan la dignidad de la vida. En el peor de los casos, el lenguaje deshumanizador hace que la destrucción de la vida sea más aceptable. En el mejor de los casos, este tipo de lenguaje nos lleva a buscar respuestas fáciles para problemas complejos y, al final, en lugar de encontrar la solución los empeoramos. Las respuestas como la prohibición de los campamentos de personas sin hogar sin alternativas de refugio, los muros fronterizos sin un camino viable hacia la inmigración legal, el suicidio asistido sin opciones generalizadas para el tratamiento de la salud mental y los cuidados paliativos.

Con nuestra doctrina social para guiarnos, los católicos tenemos una base sólida para exigir más de nuestro discurso político, de los candidatos y funcionarios electos. Podemos contrarrestar los intentos de negar la humanidad de los migrantes, de las personas en situación de pobreza o de los adversarios políticos con recordatorios de que todo ser humano posee una dignidad y un valor innatos porque cada uno de nosotros está hecho a imagen y semejanza de Dios. Podemos exigir que nuestros líderes políticos hagan algo más que construir muros o penalizar la falta de vivienda, porque entendemos que esas soluciones pueden mantener a las personas necesitadas fuera de nuestra vista inmediata y, por lo tanto, fuera de nuestra mente, pero no hacen nada para resolver las causas fundamentales que obligan a las personas a huir de sus países de origen o a quedarse sin hogar. Podemos pedir un mayor reconocimiento de que los niños no nacidos con demasiada frecuencia son abortados porque una mujer siente que no tiene los medios financieros para cuidar al niño, no porque no sea deseado.

Compartir nuestra doctrina católica sobre los temas de hoy en día, a través de nuestros votos, nuestras discusiones políticas y nuestras acciones, es una forma en que vivimos nuestra fe; nos permite "compartir el Evangelio con nuestras vidas". Contrarrestar los mensajes que niegan la dignidad humana e insistir en que los líderes electos realicen el arduo trabajo de abordar las complejas causas del sufrimiento humano es de vital importancia durante esta temporada electoral. Afortunadamente, hay algunas personas con una base sólida para hacerlo y nosotros tenemos nuestra enseñanza católica a la que acudir en busca de orientación.

Para obtener más información sobre la participación política como católico, tómese el tiempo para leer el documento de la Conferencia Episcopal de los EE. UU. Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles, que proporciona un marco para que cada votante católico discierna sus posiciones sobre temas y votos. Puede acceder a la guía en: https://www.usccb.org/es/issues-and-action/faithful-citizenship/index.cfmp

También puede obtener más información a través de este breve video de la WSCC.