Apoyando la vida y la justicia para el bien común en el estado de Washington
January 24, 2023
Los obispos del estado de Washington han publicado una declaración enfatizando que la vida humana es sagrada y que todos estamos llamados a respetar la dignidad de cada persona, desde su concepción hasta su muerte natural. Este principio obliga a los fieles a abogar por la vida y la justicia. Por favor únase a nosotros oponiéndose a la propuesta de enmienda constitucional que garantizaría el derecho al aborto en la constitución del estado de Washington.
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24 de enero de 2023
Apoyando la vida y la justicia para el bien común en el estado de Washington
La Iglesia Católica tiene una historia de enseñanza social que data de siglos atrás y que contiene un desafío imperioso a vivir responsablemente y edificar una sociedad justa. Basados en nuestra fe en el Señor Jesucristo, nuestra Iglesia proclama que la vida humana es sagrada y que la dignidad de la persona humana es el cimiento de una visión moral para la sociedad. Esta creencia es la base de todos los principios de nuestras enseñanzas sociales. Creemos que cada persona es valiosa, que las personas son más importantes que las cosas y que toda institución debe medirse según amenace o mejore la vida y la dignidad de la persona humana.
La persona humana no solo es sagrada, sino también social. Cómo organizamos nuestra sociedad en la economía, las leyes y la política afecta directamente la dignidad humana y la capacidad de los individuos de crecer en comunidad. Expresado claramente, como católicos creemos en la inviolabilidad de la dignidad de la persona humana desde su concepción hasta su muerte natural.
El aborto sigue siendo legal en el estado de Washington, incluso luego de la revocación de Roe v. Wade. No obstante, existen iniciativas en nuestro estado para aprobar una enmienda constitucional extrema que iría mucho más allá de Roe v. Wade y de aquello aprobado por los votantes del estado. En reemplazo de la ley estatal actual (según fue aprobada por los votantes) que permite los abortos solo hasta el punto de viabilidad, la Resolución Conjunta del Senado 8202 y la Resolución Conjunta de la Cámara de Representantes 4201 están intentando asegurar en la constitución del estado el “derecho” a que un aborto sea realizado en cualquier punto de su desarrollo y hasta el nacimiento. Esta propuesta extrema ignora el “derecho” a la vida de un bebé nonato y debería ser rechazada por la legislatura.
En vista de lo mencionado, es importante notar que nuestro deber como católicos requiere que nos involucremos en la promoción de políticas públicas para el bien común. Este es uno de esos momentos importantes en los que debemos involucrarnos y actuar. Como un elemento de nuestra fe en Jesucristo, nuestra enseñanza nos dice: “En la tradición católica, el ser ciudadano fiel es una virtud y la participación en la vida política es una obligación moral” (Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles, USCCB).
Además, la Iglesia Católica en Washington no solo profesa su creencia en apoyar la vida y la dignidad de la persona humana, sino que lleva esta creencia a la acción. Por medio del programa de Caridades Católicas para servicios de asistencia durante el embarazo y la maternidad/paternidad (PREPARES, por sus siglas en inglés), ofrecemos a las mujeres y familias servicios de apoyo que les permiten criar a sus hijos y acceder a importantes servicios sociales durante los primeros cinco años de vida de los niños.
Como católicos, debemos aprovechar esta oportunidad para levantar la voz por los nonatos y apoyar la vida. Debemos expresar claramente lo que creemos que está en el corazón de Dios en nombre de aquellos que no se pueden defender. Por ende, es nuestra obligación moral y nuestro deber votar conscientemente en contra de esta enmienda cuando llegue el momento. Debemos también contactar al gobernador y a los respectivos representantes estatales para informarles acerca de nuestra postura de apoyo a la vida y de por qué este asunto es tan importante para nuestra sociedad, estado y cultura.
El Papa Juan Pablo II escribió: “En efecto, la negación del derecho a la vida, precisamente porque lleva a eliminar la persona en cuyo servicio tiene la sociedad su razón de existir, es lo que se contrapone más directa e irreparablemente a la posibilidad de realizar el bien común. […] Así pues, el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar” (Evangelium Vitae).
El Papa Francisco sostiene, asimismo: “Es triste ver cuán simple y conveniente se ha vuelto, para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido” (Videomensaje con ocasión de la 75° Asamblea General de las Naciones Unidas).
Además, en la encíclica Evangelium Vitae, el Papa Juan Pablo II escribió: “Pero la responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto y, en la medida en que haya dependido de ellos, los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos […]. En este sentido, el aborto va más allá de la responsabilidad de las personas concretas y del daño que se les provoca, asumiendo una dimensión fuertemente social: es una herida gravísima causada a la sociedad y a su cultura por quienes deberían ser sus constructores y defensores”.
Según el Departamento de Salud del estado, de los casi 100000 embarazos en Washington en 2020, poco más de 16000 terminaron en abortos. Debemos actuar en nombre de estas vidas que se perdieron.
Exhortamos a todos los católicos y a las personas de buena voluntad a que continúen sus esfuerzos y se involucren en el proceso político para promover leyes y políticas que apoyen la vida, la libertad y la justicia para el bien común. Este es nuestro llamado y nuestra responsabilidad como cristianos.
En el corazón de Cristo,
Rvdmo. Paul D. Etienne, Arzobispo de Seattle
Rvdmo. Joseph J. Tyson, Obispo de Yakima
Rvdmo. Thomas A. Daly, Obispo de Spokane
Rvdmo. Eusebio Elizondo, M.Sp.S., Obispo Auxiliar de Seattle
Rvdmo. Frank Schuster, Obispo Auxiliar de Seattle